viernes, 10 de junio de 2016

ACTIVIDADES 3º ESO Semana 13 al 17 de junio

El alumnado de 3º de eso deberá realizar en la semana del 13 al 17 de Junio las actividades que se proponen a continuación, debiendo ser entregadas OBLIGATORIAMENTE  para su calificación en la 3ª evaluación, como fecha límite el viernes 17:


1. Sobre el vídeo visto en clase: "Tiempo de hidalgos", episodio de la serie "El Ministerio del Tiempo" el alumnado deberá grabar un audio donde explique qué era un corral de comedias, por qué Cervantes no llegó a publicar ninguna obra teatral y cuál es el conflicto ficticio que inventan en la serie en torno a Cervantes. Dicho audio será grabado en la pizarra digital en la correspondiente carpeta antes del 17 de junio. ( Indicador  evaluado: LCYL 4.1)

2. Sobre el reportaje incluido en este blog, tras leerlo detenidamente, el alumnado deberá dejar un comentario explicando la rivalidad entre Cervantes y Lope de Vega. ( Indicador evaluado: LCYL 1.2)

CERVANTES Y LOPE DE VEGA PARA 3º ESO: EL MINISTERIO DEL TIEMPO

Curiosidades del capítulo 11 de 'El Ministerio del Tiempo'

Por qué se llevaban tan mal Lope de Vega y Cervantes
 ¿Sabías que eran vecinos? Vivían en el mismo barrio y frecuentaban las mismas tertulias
Lope de Vega era muy famoso, era el Fénix de los Ingenios. 
Cervantes nunca tuvo tanto éxito y El Quijote se consideró una obra menor por catalogarse como humorística
Se dedicaron primero alabanzas y después se lanzaron pullas en las palabras de sus obras
Descubre cuál es el origen de su disputa
29.02.2016 |
PALOMA G. QUIRÓS
Entrevista a :
Alfonso Martín Jiménez
Es Catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Valladolid. 
Antonio Rey Hazas
Es catedrático en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha publicado numerosos estudios sobre El Quijote y sobre la poesía y prosa en el Siglo de Oro.
Juan Carlos González
Es historiador y trabaja en una empresa dedicada a ofrecer visitas culturales guiadas por las calles de Madrid. Trabaja en rutas como "En un lugar del barrio de Las Letras. El Madrid de Cervantes", "Ladrones de Tinta. Un paseo por el lado oscuro de las letras en el Madrid del Siglo de Oro" y "Barrio de las Letras. El Madrid literario "



Cervantes y Lope de Vega son dos genios de nuestra literatura. El primero ha escrito la obra más traducida después de la Biblia. El segundo firmaba autógrafos por las calles en el siglo XVII.
Fueron vecinos, se admiraban el uno al otro, pero también rivalizaban. Pasaron de alabarse en público a criticarse en las letras de sus obras... ¿por qué se llevaron tan mal Lope de Vega y Cervantes?
"En un primer momento, Cervantes y Lope de Vega (que era quince años más joven que Cervantes), se llevaban bien, y ambos se alabaron mutuamente en distintos poemas laudatorios, lo que indica que sentían cierto respeto el uno por el otro. Pero a partir de 1602, se enemistaron, y los halagos fueron sustituidos por los ataques, especialmente por parte de Cervantes hacia Lope." Nos lo cuenta Alfonso Martín Jiménez, Catedrático de la Universidad de Valladolid.
Antonio Rey Hazas, de la Universidad Autónoma de Madrid asegura que "Su rivalidad nacía, entre otras cosas, de la conciencia que ambos tenían de enfrentarse a un enemigo formidable."
Y sí. Los dos sabían que eran unos genios, según nos cuenta Martín Jiménez: "Cervantes consideraba a Lope un monstruo de naturaleza por su increíble capacidad creativa, ya que llegó a escribir un número elevadísimo de comedias, y Lope de Vega seguramente llegó a reconocer el éxito popular que había alcanzado El Quijote, aunque en la época fuera considerado como una obra humorística perteneciente a un género menor."
Para Juan Carlos González fue un problema de envidia: "Sobre todo eran rivales en la profesión de escritores y en ese mercado literario del Siglo de Oro, en donde escribir obras de teatro para representar en los corrales de comedias era lo que daba más dinero, fama y prestigio."
Cuándo empezaron a llevarse mal
Sabemos que, vecinos del mismo barrio, frecuentaban las mismas tertulias. Juan Carlos González, que conoce bien la historia de las calles de Madrid, asegura que "Se conocieron en casa del cómico Jerónimo Velázquez, calle de Lavapiés en Madrid, que Lope frecuentaba asiduamente, como enamorado de la hija de éste, Elena Osorio, y donde Cervantes acudía con la secreta esperanza de que Velázquez le pusiera en escena alguna comedia."
¿Y entonces, por qué terminaron tan mal? "Hacia 1590 ya estaban enfrentados" indica Antonio Rey. "Cervantes participa en una sonetada antilopesca de sus amigos sevillanos, que se ríen de Lope, preguntando, por ejemplo, si es de carne y hueso o solo divino, si existe o no, y otras cosas de esa índole. Estos reproches implican que Lope se sentía superior, se jactaba de ello, y que Cervantes y sus amigos se burlaban, irónicamente, de semejante superioridad; sin duda  porque no se la reconocían. Pero también suponen la realidad de que Lope era muy superior para todos".
¿Quién hizo patente esa envidia? ¿Quién empezó la pelea? Alfonso Martín tiene su teoría:
Teoría 1: Cervantes perdió su sitio
"Cervantes estuvo cautivo en Argel hasta 1579, y, al volver a España, trató de ganarse la vida como literato. En 1585, cuando estaba a punto de cumplir treinta y ocho años, Cervantes publicó su primera obra literaria, una novela pastoril titulada La Galatea, la cual pasó con más pena que gloria. Y entre 1580 y 1587, Cervantes escribió y vendió a los directores teatrales algunas comedias, que fueron representadas.
Posteriormente, Cervantes abandonó la literatura y buscó otros medios de buscarse la vida. Y cuando quiso volver a dedicarse al teatro, vio como los directores teatrales ya no compraban sus comedias, pues se habían impuesto con fuerza en toda España las comedias escritas al estilo de Lope de Vega. Además, en 1598 Lope de Vega publicó otra novela pastoril, La Arcadia, la cual obtuvo un gran éxito. Así que Cervantes comprobó que Lope de Vega le había cerrado las puertas del teatro y que había obtenido un éxito con su novela pastoril que Cervantes no había alcanzado con la suya (La Galatea). De ahí que Cervantes criticara duramente en la primera parte del Quijote las comedias de Lope de Vega y su concepción sobre las mismas.
En su obra Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (que se publicó en 1609, pero que circuló con anterioridad de forma manuscrita), Lope de Vega proponía un nuevo tipo de comedia, dirigida a satisfacer los gustos del vulgo, que no guardara las normas tradicionales recogidas en las llamadas artes poéticas, y escribió lo siguiente sobre sus comedias: como las paga el vulgo, es justo / hablarle en necio para darle gusto. Y Cervantes, en la primera parte del Quijote, recriminó a Lope que no guardara las normas tradicionales de la comedia, y que hubiera convertido sus comedias en “mercadería vendible” para satisfacer los gustos del vulgo.
Además, en la primera parte del Quijote, Cervantes imitó, tratando de mejorarlos, algunos pasajes de La Arcadia, la novela pastoril de Lope de Vega, para mostrarle su superioridad en el ámbito de la narración. Eso indica que Cervantes se creía superior a Lope de Vega en dicho ámbito. Y el episodio de la penitencia de don Quijote en Sierra Morena constituye una burla del protagonista de La Arcadia, llamado Anfriso, el cual representaba al propio Lope de Vega. Por eso, el comportamiento disparatado que tiene don Quijote en ese episodio constituye una burla del propio Lope de Vega."
Teoría 2: Lope empezó la guerra
Para Juan Carlos González, la primera piedra salió de la pluma de Lope de Vega. "La publicación de El peregrino en su patria (1604) provocó la indignación de Cervantes ¡Y había un por qué! La portada de este libro, según Sainz de Robles, llevaba un grabado historiado con el escudo de las diecinueve torres, de Bernardo del Carpió, con una estatua de la Envidia, y una leyenda en latín: Quieras o no quieras, Envidia, Lope es o único o muy raro; había también un retrato del jactancioso Lope y un soneto de Quevedo: La envidia su verdugo y su tormento hace del nombre que cantando cobras, y con tu gloria su martirio crece...
Pero... Ya antes de la aparición del Quijote (cuyo privilegio es del 26 de septiembre de 1604) la obra se conoció probablemente manuscrita en los medios de la Corte, y Lope debió de tener conocimiento de ella, y (aquí estalla su odio contra Cervantes) en una carta (fechada el 14 de agosto de 1604) a un médico, amigo suyo, escribe: De poetas, muchos están en ciernes para el año que viene; pero ninguno hay tan malo como Cervantes ni tan necio que alabe a Don Quijote.
Cervantes conocía la ambición de Lope, su sed de gloria, pero tanta presunción y arrogancia no la pudo sufrir, y  le dirigió un soneto en el que atacaba muy violentamente toda la obra no dramática de Lope. Éste quedó atónito."
¿Lope era el famoso y Cervantes el ignorado?
A Lope de Vega le llamaban por la calle el Fénix de los Ingenios y Cervantes tuvo que conformarse con el éxito de El Quijote sabiendo que por ser humorística, pertenecía a un género poco valorado. Alfonso Martín Jiménez asegura que Cervantes también lo consideraba así: "Cervantes escribió el Persiles (que no obtuvo el mismo éxito que el Quijote) en un intento de ser apreciado como un autor de obras serias y pertenecientes a géneros más reconocidos, lo que indica que él mismo era consciente de que el Quijote, a pesar de su éxito, se consideraba en su época como un libro perteneciente a un género menor."
Juan Carlos González nos cuenta que Lope era un triunfador: "Fue un fenómeno de fans de la época. Las mujeres suspiraban por él cuando salía a la calle, le lanzaban piropos, murmuraban al verlo pasear, no le pedían un "selfie" o un autógrafo porque no estaba de moda..."
Antonio Rey también sigue la misma línea: "La gente adoraba a Lope porque su teatro llegaba directamente a ellos, porque era más fácil, más accesible, y seguramente también, porque él personalmente era más simpático, más abierto a todos. Esa popularidad tampoco debía gustar a sus enemigos."
¿Cuál era el secreto del éxito de Lope frente a Cervantes?
Juan Carlos González lo tiene claro. Lope escribía para el gran público: "Era el que convocaba a más gente, el que otorgaba mayor reconocimiento y dinero. La obras de Lope de Vega se convirtieron en una marca, tanto que se acuñó la expresión : 'Es de Lope'. Lope escribe con ritmo, acción. Su obras tienen la estructura fácil de seguir por todo el mundo: arranque- Inicio, nudo y desenlace. Aborda temas universales: el amor, el desamor, los celos, la muerte… Sabe tejer enredos amorosos, tramas que enganchaban al vulgo y ,muchas veces, con final feliz."
¿El teatro para Lope y la novela para Cervantes?
Le preguntamos a los tres expertos a los que hemos acudido si es cierto que Lope, que destacaba en el teatro, siempre deseó hacerlo en la novela; un caso contrario al de Cervantes que soñaba con triunfar en las tablas con sus obras cuando era un genio de la prosa.
Juan Carlos González se muestra categórico: "Creo que lo más cierto es que Lope deseaba ser el mejor en todo. Él decía que era buen novelista, poeta, ensayista y autor de obras para ser representadas. En esa época lo más apreciado era el teatro, la poesía, el ensayo y en último lugar, la novela de entretenimiento. Cervantes ambicionaba triunfar en el teatro porque daba la gloria , el dinero y - seguramente- por desplazar a Lope (era un Madrid-Barçao un Real Madrid-Atlético de Madrid de la época”). Sin embargo, Antonio Rey no lo ve así: "No: formulado así, tal y como está, no es cierto. Es algo parecido: Cervantes no triunfó en el teatro, por donde pasó, digamos, sin pena ni gloria, mientras que Lope se hizo el rey desde el principio, y lo fue ya toda su vida. Cuando esto se producía, en los años 1580-1590, Cervantes sólo había publicado una novela pastoril, La Galatea (1585), que no fue ningún gran éxito. Por tanto, no hay competenecia. Sin embargo es verdad que Lope publicó después su novela pastoril, La Arcadia, ya en 1598, pero es muy diferente a la de Cervantes, por lo que no parece competir con él.
Sin embargo, después del éxito del Quijote, después de 1605, es verdad que a Lope le hubiera gustado escribir algo parecido, y que empezó a envidiar por eso a Cervantes."
Alfonso Martín nos cuenta lo diferentes que fueron los resultados cosechados por ambos: "Lope de Vega no deseó destacar en la novela, sino que, de hecho, triunfó en ese ámbito, como en todos los que cultivó. Cervantes deseó triunfar en las tablas, y no lo logró, pero tampoco logró, en vida, obtener nunca un éxito similar al que obtuvo Lope de Vega, que ganó suficiente dinero con la venta de sus obras para comprar una casa y vivir holgadamente. Cervantes, en cambio, tuvo que solicitar el apoyo de algunos mecenas, a los que dedicaba sus obras, para sobrevivir."
Uno disfrutó del éxito en vida y al otro lo descubrieron demasiado tarde: "Fueron los autores románticos, y sobre todo los autores románticos alemanes, los que realizaron una interpretación en clave simbólica del Quijote. Pero en su época, Cervantes nunca fue considerado un genio de la prosa, sino, simplemente, como un autor de una obra humorística, y nunca llegó a tener una estimación entre sus coetáneos similar a la de Lope de Vega."
El Barrio de las Letras, el preferido de los genios
Lope de Vega y Cervantes eran vecinos. Los dos vivían en lo que hoy se conoce como el Barrio de las Letras de Madrid. 
Juan Carlos González lo sabe bien, ya que en su empresa de visitas guiadas hay un apartado especial para la tinta y la pluma de estos genios: "No solo vivieron en el mismo barrio, sino en la misma calle aunque la entrada de la casa a Cervantes estaba por la esquina de la calle León, las ventanas del piso bajo daban a la calle Cervantes, por lo que Cervantes podía ver transitar a Lope."
Sabemos que el Fénix de los Ingenios organizaba meriendas y fiestas a su casa, a las que Cervantes nunca estuvo invitado. Pero el de Alcalá de Henares se enteraba de todo lo que hacía Lope, según Antonio Rey: "Detrás de la casa de Cervantes (hoy todo son calles) estaba entonces el "mentidero de los representantes", una plazuela donde se reunían a diario lo cómicos y los dramaturgos, de modo que Cervantes no tenía ni siquiera que salir de su casa para escuchar el rico anecdotario amoroso de Lope con las cómicas, las murmuraciones de sus amoríos... y la admiración que todos le tenían por sus obras dramáticas..."

Incluso hay una anécdota entre ellos. Nos la cuenta Alfonso Martín: "Los autores del círculo de Lope de Vega consideraban a Cervantes como una especie de viejo que empezaba a chochear. En una de sus cartas, Lope de Vega escribió que, en una de esas reuniones literarias, tuvo que pedir a Cervantes que le prestara las gafas para poder leer un texto, y Lope, en esa carta, dijo burlonamente que las gafas de Cervantes parecían unos “huevos estrellados”.


ACTIVIDADES:

1. Después de haber leído el reportaje, entrevistando a catedráticos expertos en el tema, explica con tus palabras la rivalidad entre Cervantes y Lope de Vega dejando un comentario en el blog.

sábado, 19 de noviembre de 2011

PROCEDIMIENTOS DE COHESIÓN TEXTUAL

Ejemplo de comentario sobre “mecanismos de cohesión”:

PAN Y CINE
No se puede vivir sin comida, claro. ¿Y sin fábulas? Quizá tampoco. Los periódicos llevan hablando con auténtica alarma de la huelga de guionistas que comenzó el lunes pasadoben EE UU. Se refieren a ella como si fuera a provocar la falta de un producto esencial para la vida cotidiana. Algunos, para explicar su magnitud, recuerdan la de 1988, que duró 22 semanas y costó a la industria norteamericana 350 millones de euros. La actual podría duplicar esa cifra. Pero los números siempre esconden, o disimulan, un pánico moral. ¿Qué ocurriría si esa panda de locos -los guionistas- se pasaran un año sin inventar historias? ¿En qué nos afectaría a usted y a mí? ¿Será verdad que esta gente, al urdir los argumentos de las series de televisión, escribe también, sin que seamos conscientes de ello, el argumento de nuestra vida?
¿Es imaginable un mundo sin ficción? Definitivamente, no. Somos tan hijos de la
carne y de la sangre como de las caperucitas rojas, de las blancanieves, de las madrastras, de los pulgarcitos, de los gatos con botas, pero también de las madames bovarys y de las anas ozores y de los raskolnikofs y de los batlebys, por no hablar de los soprano y de los fraziers, de los seinfelds, o de los doctores houses. Desde que el mundo es mundo, mientras unos amasan el pan que comemos por la mañana, otros urden las historias que devoramos por la noche. Estamos hechos de pan y de novelas. El problema no son, pues, los millones de euros que podría perder la industria, sino las disfunciones que en el cuerpo social provocaría un desplome brusco de la ficción. Imaginen un mundo sin cine, sin novelas, sin cómics, si series de televisión, sin culebrones; sólo realidad a palo seco, o sucedáneos de las fábulas como los que nos sirven los políticos. Ese señor tan raro que se acuesta cuando usted se levanta es guionista. Un respeto.
Juan José Millás, El País, 9 de noviembre de 2007

Modelo de comentario de los mecanismos de cohesión del texto “Pan y cine”
Nos encontramos ante un artículo de opinión publicado por el escritor Juan José
Millás en el diario El País en noviembre del año pasado. La huelga de guionistas que estaba desarrollándose en Estados Unidos por esas fechas le sirvió al autor como excusa para hacer una reflexión sobre la importancia que tiene la ficción en nuestras vidas. Millás considera que se trata de un producto tan esencial para nosotros como podría serlo el propio pan (de ahí el título del texto, Pan y cine), pues le resulta imposible concebir un mundo sin novelas, sin películas, sin series de televisión… Por ello, les exige a sus lectores un respeto para los guionistas, porque son ellos quienes inventan todas esas historias que nos ayudan a evadirnos cada día durante un rato de la realidad.
Dentro de los mecanismos lingüísticos que ayudan a reforzar la coherencia del texto en el nivel gramatical, destacan la deixis, por una parte, y la elipsis, por otra. En cuanto al primero de ellos, podemos observar que el texto hay una deixis extratextual, social, que hace referencia a los elementos de la comunicación, en este caso, a sus participantes. En oraciones como “¿En qué nos afectaría a usted y a mí?”, el autor del texto se hace presente en el mismo a través de un pronombre en 1ª persona del singular (“mí”), y, al mismo tiempo, apela directamente a sus lectores utilizando el pronombre de 2ª persona en la forma de cortesía (“usted”). Pero lo más habitual a lo largo de todo el texto es que se elida el pronombre de 1ª persona del plural, de carácter inclusivo, con el que Millás consigue acercarse a sus lectores e involucrarlos en su razonamiento: [Nosotros] Somos tan hijos de la carne…; Estamos hechos de pan y de novelas. También, como es habitual, encontramos en el texto elementos que señalan a otros presentes en el propio discurso (deixis textual). Funcionan como elementos anafóricos algunos pronombres personales de 3ª persona (“Se refieren a ella” [a la huelga]; “sin que seamos conscientes de ello” [de que al escribir sus historias están contando también nuestra vida]) y numerosos pronombres relativos (“la huelga de guionistas que comenzó el
lunes pasado”, “mientras unos amasan el pan que comemos por la mañana”, “ese señor tan raro que se acuesta”, etc.).
La elipsis es otro mecanismo de cohesión muy destacado en el texto. Ya hemos comentado antes que encontramos varios casos de sujeto elíptico: [Nosotros] Estamos hechos de pan y de novelas; [Ustedes] Imaginen un mundo sin cine… La elipsis es más llamativa en otras frases en las que se eliden también el verbo y otros elementos: “¿Y sin fábulas [se puede vivir]?”, “Quizá tampoco [se pueda vivir sin fábulas]”; “Definitivamente, no [es imaginable en mundo sin ficción]”, etc. Otra elisión verbal importante es la que se produce en la tercera oración del segundo párrafo, en la que el verbo y el atributo (“Somos hijos”) no se vuelven a repetir a lo largo de toda la enumeración porque se sobreentienden.
También son frecuentes en este texto los casos de sustantivación producidos por la elipsis de un sustantivo: así, funcionan como sustantivos ciertos sintagmas preposicionales (“la [huelga] de 1988”), algunos adjetivos (“la [huelga] actual”) y también una subordinada adjetiva (“los [sucedáneos] que nos sirven los políticos”).
En cuanto a la repetición de estructuras sintácticas, podríamos señalar que la construcción preposición “sin” + sustantivo sirve para dar cohesión al texto, pues aparece en la primera línea del primer párrafo (“sin comida”, “sin fábulas”), en la primera línea del segundo párrafo (“sin ficción”) y en las últimas líneas del texto (“sin cine, sin novelas, sin cómics, sin series de televisión, sin culebrones”). Además de servir como un elemento cohesionador, este paralelismo también tiene cierto efecto estilístico, pues le sirve al autor para subrayar lo vacías que estarían nuestras vidas en ausencia de todos estos productos ficticios. También la repetición de una interrogación retórica similar al comienzo de ambos párrafos podría considerarse como un mecanismo que da unidad y continuidad al contenido del texto: “¿Y [se puede vivir] sin fábulas? / “¿Es imaginable un mundo sin ficción?”. La respuesta que ofrece el autor en ambos casos es negativa, aunque es más rotunda en la segunda ocasión: “Quizá tampoco” / “Definitivamente, no”.
En el nivel léxico-semántico, la coherencia se garantiza a través de la repetición,
tanto léxica como semántica. Como ejemplo de recurrencia léxica cabe citar la repetición a lo largo del texto de ciertas palabras que se relacionan directamente con el tema del mismo (por ejemplo, “fábulas” aparece en la línea 1 y en la 23; “guionistas” en la 2, en la 8 y en la 24; “ficción”, en la 12 y en la 21, etc.), así como la repetición de ciertos lexemas en palabras de la misma familia (“imaginable” e “imaginen”, por ejemplo). En cuanto a la recurrencia semántica, encontramos en el texto varios casos de sinonimia: “historias”, “fábulas” y “argumentos”; “urdir” e inventar”; “esconder” y
“disimular”; “cifra” y “números”; “comemos” y “devoramos”… También hay casos de sinonimia referencial: por ejemplo, “los guionistas” son el referente al que aluden sintagmas nominales como “esa panda de locos”, “esta gente” o “ese señor tan raro”. Millás utiliza esas expresiones con cierta ironía, haciendo hincapié en el hecho de que a las personas “normales” nos puede parecer que los guionistas llevan una vida muy desordenada o que están un poco locos.
También encontramos a lo largo del texto varios pares de antónimos (“se acuesta” frente a “se levanta”; “unos” frente a “otros”; “mañana” frente a “noche”; y, sobre todo,
“realidad” frente a “ficción”) y numerosos ejemplos de hiponimia: por ejemplo, el hiperónimo “ficción” se sustituye a lo largo del texto por numerosos hipónimos (novelas, cine, series de televisión, culebrones, cómics…), y, a su vez, algunos de esos términos se convierten en hiperónimos de otras expresiones (por ejemplo, “madames bovarys” podría considerarse un hipónimo de novela, mientras que “doctores houses” lo sería de serie de televisión).
En cuanto a los campos semánticos que predominan en el texto, es evidente la abundancia de palabras relacionadas con la ficción, ya sean sustantivos que se refieren a distintos productos de ficción (novelas, series, cine…) o a los artífices de dichos productos
(guionistas), o bien verbos que aluden a las acciones que realizan dichos artífices (urdir, escribir, inventar), etc. También pertenecen al mismo campo semántico todos los sustantivos que hacen referencia a personajes de ficción, y que Millás escribe en plural y con minúscula, subrayando así el hecho de que los propone como ejemplos de los cientos de personajes de ficción que nos acompañan a lo largo de nuestra vida: las caperucitas rojas, las anas ozores, los fraziers… Además, esta enumeración un tanto caótica le sirve también al autor para destacar el hecho de que tan ficticio es un cuento infantil, como una novela clásica de la literatura, o como una serie de televisión. Otro campo semántico secundario es el que tiene que ver con la alimentación, el otro “producto esencial” para el hombre: pan, comida, amasan, comemos, devoramos… En ese último caso, podríamos considerar que en virtud de su sentido figurado, “devoramos” pertenece a los dos campos señalados, pues su objeto directo puede ser tanto un alimento como una historia de ficción. Asimismo, hay en el texto una serie de palabras con una connotación bastante negativa, que tienen como fin enfatizar las nefastas consecuencias que puede tener en la sociedad una huelga de guionistas: “auténtica alarma”, “falta de un producto esencial”, “pánico moral”, “disfunciones en el cuerpo social”, “desplome brusco de la ficción” o “realidad a palo seco”.
Por último, son fundamentales para la cohesión los marcadores discursivos. En este texto, podríamos distinguir los marcadores de función pragmática de los marcadorestextuales. Dentro de la primera categoría, cabe destacar la presencia de una interjección cuya única finalidad es establecer la comunicación con los lectores dando por cierto o evidente la primera oración del texto de un modo bastante coloquial (No se puede vivir sin comida, claro) y de un adverbio modalizador que nos informa sobre la actitud del autor acerca de la pregunta que acaba de formular (Definitivamente, no). Dentro de la segunda categoría, podemos señalar:
- Las conjunciones coordinantes “y” (línea 1) y “pero” (línea 6), que funcionan como nexos supraoracionales, la primera con sentido de adición, y la segunda, de adversación.
- La conjunción subordinante “pues” (línea 19) y la locución conjuntiva “así que” (línea
24), que expresan consecuencia. De hecho, podría afirmarse que estos marcadores
sirven, en cierta medida, para introducir distintas formulaciones de la tesis principal del texto: la importancia de la ficción en nuestra sociedad.
Por todo ello, podemos afirmar que nos encontramos ante un texto coherente, y que a reforzar esa coherencia contribuyen variados y numerosos mecanismos lingüísticos en todos los niveles de la lengua: en el gramatical, en el léxico-semántico y, también, en el nivel textual o pragmático.

Otros textos para trabajar los mecanismos de cohesión: (Entrega voluntaria)


ESE CHICO
Ese chico no se me va de la cabeza. Hablo del muchacho que presenció sin hacer
nada la agresión de la adolescente ecuatoriana en el tren. Hemos visto una y otra vez la espeluznante escena y verificado su pasividad, la bochornosa y patética manera en que se esforzaba en mirar para otro lado. Y digo bochornosa porque, al verlo, sentías vergüenza ajena y piedad por él; y también la enorme inquietud de preguntarte qué habrías hecho tú en su lugar.
Ese chico es otra víctima del energúmeno. En su miedo paralizador es probable que
influya su condición de inmigrante. Él mismo ha declarado que estos ataques racistas son bastante comunes, y eso va creando un sentimiento de inseguridad, de fragilidad. Va comiéndote por dentro y haciéndote más vulnerable a la intimidación, más entregado a la derrota. A la propia humillación de tu cobardía. Pero es que, además, sin duda era peligroso enfrentarse a ese tipo (yo tampoco entiendo por qué el juez no encarceló a alguien tan feroz). Es peligroso oponerse a los violentos, de ahí el mérito de quienes lo hacen. Por una de esas elocuentes coincidencias del azar, el vídeo del ataque en el tren se hizo público al mismo tiempo que la historia de Daniel Oliver, el héroe de 23 años que murió de un golpe por socorrer a una chica. He aquí otro caso estremecedor que vuelve a picotearte las entrañas: ¿serías capaz de actuar como Daniel? Esa duda es inherente a la condición humana, la duda de los propios límites, la incertidumbre sobre el fondo más extremo de uno mismo: allí, en lo más hondo, ¿qué pesará más, el miedo o la propia dignidad? ¿Habrías escondido a un judío en la Alemania de Hitler? Ojalá la vida no nos ponga en una de esas situaciones límite, porque podemos reaccionar como el chico del tren. Y no sé si el pobre será capaz de superarlo.


Rosa Montero, El País, 30 de octubre de 2007

domingo, 6 de marzo de 2011

LOS GIRASOLES CIEGOS

TEXTO PARA COMENTARIO CRÍTICO

Ahora lamento no haber dicho a mis padres que el hermano Salvador me vigilaba, porque el día que se presentó en casa de improviso no estaban prevenidos. Llegó dando patadas a la puerta y gritando. Mi madre no tuvo más remedio que dejarle pasar. Recuerdo que la casa estaba casi sin muebles porque se los estaba llevando gente desconocida por razones que no me atrevía a preguntar pero que yo atribuía a su pobreza y no a la nuestra.

Entró como una exhalación llamándome y no dejó de vociferar hasta que me encontró en la cocina fingiendo leer Alicia en el País de las Maravillas. Me preguntó cómo estaba, me arrancó el libro de las manos, me lo devolvió inmediatamente y me pidió, sin esperar mi respuesta, que le dejara hablar un momento con mi madre.

Durante muchos años me ha atormentado el remordimiento por haber invocado a los leprosos para que se comieran a ese energúmeno que estaba haciendo daño a mi madre, porque cuando acudí aterrorizado al oír sus gritos, vi cómo mi padre, desangelado e impotente, se abalanzaba sobre el hermano Salvador que estaba a horcajadas sobre ella, que se protegía el rostro con las manos para evitar el aliento de aquel puerco que hocicaba en su escote. Mi padre había salido del armario.

(Los girasoles ciegos, capítulo 4º, de Alberto Méndez)

GENERACIÓN DEL 27

martes, 1 de marzo de 2011

POEMA PARA EL COMENTARIO

Adolescencia
Aquella tarde, al decirle
yo que me iba del pueblo,
me miró triste -¡qué dulce!-,
vagamente sonriendo.
Me dijo: ¿Por qué te vas?
Le dije: Porque el silencio
de estos valles me amortaja
como si estuviera muerto.
-¿Por qué te vas?- He sentido
que quiere gritar mi pecho,
y en estos valles callados
voy a gritar y no puedo.
Y me dijo: ¿Adónde vas?
Y le dije: Adonde el cielo
esté más alto, y no brillen
sobre mí tantos luceros.
Hundió su mirada negra
allá en los valles desiertos,
y se quedó muda y triste,
vagamente sonriendo.

Juan Ramón Jiménez